Se cumplen cien años desde que toda la humanidad acordara reunirse en la Ciudad Única. La explotación continua y el crecimiento desproporcionado llevaron al planeta Tierra a la ruina. Así las cosas, la desaparición de la humanidad, que hasta entonces no era más que una remota posibilidad, pasó de un día a otro a ser algo que podía pasar por pasado. A falta de otro planeta adecuado para colonizar, y volviendo a las lógicas de la naturaleza, una larga invernada fue la estrategia elegida para hacer frente al posible apocalipsis. Todos los avances ofrecidos por la tecnología dirigieron a los diez mil millones de habitantes del planeta a entrar en una ciudad que solo abarcaba el 0,02 de la Tierra. La intención era volver al planeta que, un siglo más tarde, por sí mismo y sin intervención humana, se completaría por completo. Esta vez sí, respetando la madre tierra y los ciclos y ritmos de ésta.