La decisión está tomada. Muri tiene razón. El ser humano no ha cambiado. Aunque se trate de fines honestos, el carácter propio de la humanidad acabará imponiéndose. La Tierra acabaréis con el Planeta, y en esta ocasión quizá sea para siempre. ¿Qué es sacrificar el primer millar, si a cambio salváis a la humanidad? Además, todo lo que habéis hecho hasta ahora tiene que servir para algo, «No podría soportar lo contrario…».

Con un gesto de cabeza le haces saber a Muri que estás con él. En ese momento, Ziru echa a correr. Va directo contra Muri. No te da tiempo a hacer nada y pasa frente a ti a una velocidad vertiginosa. Para cuando te das cuenta, los dos se han echado encima de Muri y se han caído a cuestas desde el escenario. Muri te grita desde el suelo.

—¡Pulsa el botón rojo!

Miras la terminal y ves en el centro un gran botón rojo. Respiras hondo y lo presionas. Oyes un ruido terrible y empieza una cuenta atrás.

5… 4… 3… 2… 1… 0.

Entonces, silencio. A continuación, la explosión. La más grande que haya habido.