«¡No! ¡No han podido pasar ya 60 minutos! ¡Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida! El sonido, el olor… ¡todo!. Era como estar allí».

Ha sido realmente inmersivo, y tienes la sensación de haber vivido ese recuerdo ajeno. Estás excitada, tus niveles de dopamina son altísimos. Tanto que te apetece compartirlo con tus amigas, incluso con tus padres… Aunque puede que se enfaden si se enteran que te has gastado tanto dinero en esto.

Tienes una extraña sensación de preocupación por lo que esto ha generado en tu cuerpo.

No sabes qué hacer.