ARRUINADA
Qué ilusa. Te habías creído esa maldita historia romántica de que con esfuerzo puedes llegar donde quieras. Y, nuevamente, al entrar en Liveable has sido testigo de esas narrativas incompletas. Como decía tu abuelo, «Quien tiene un buen respaldo, siempre tiene un atajo«.
¿Por qué iba a ser diferente aquí?
No era casualidad que las suites de Liveable ya estaban habitadas por «patrocinadas» antes de que llegaseis las primeras #vividoras del casting.
Ahora, con menos dinero que cuando entraste, observas desde fuera el brillo de la fachada de este increíble palacio, un brillo que os ciega y no os deja ver la prisión que contiene, del que ahora sois todas presas, dentro y fuera.