Por fin has llegado a tu destino; Ciudad Amparo te acoge con la tenue luz de sus farolas al atardecer.
Te has bajado del camión en un bar de carretera hace 3 horas y has andado hasta lo que parece el pueblo más cercano. Aquí la mayoría de las personas no hablan bien tu idioma, y tienes que esforzarte por intuir lo que dicen.
Después de asearte un poco en la fuente de la plaza del pueblo, pasas por delante de una comisaría. Piensas que puede ser una buena opción, podrías contarles tu huída de un país donde la democracia ha desaparecido para convertirse en un régimen dirigido por máquinas, y seguro que te ayudan… ¿No?
¿Qué vas a hacer?