Inicias una videollamada, sin saber muy bien qué estás haciendo. Tal vez una amistad pueda ser suficiente, no tiene por qué haber contacto físico. Aunque es verdad que te atrae mucho. Y sabes que Bobbi también siente ese deseo.
Habláis durante una hora. Tenéis una conexión muy bonita. Ponéis encima de la mesa vuestros miedos y deseos. Bobbi te cuenta algunas malas experiencias íntimas del pasado, y ahora entiendes mejor su insistencia con Consentinel. Acordáis quedar otra vez, esta vez bajo la protección de la aplicación.