Estáis en el concierto, con la música metida hasta las entrañas. Está siendo impresionante, sientes la borrachera estética, las emociones a flor de piel…

Bobbi está parecido. Notas que no te quita el ojo de encima, se acerca con disimulo para que vuestros brazos se toquen. Te acaricia la mano con un dedo, y sabes que esa es la señal para abrirse al contacto físico. Os miráis fijamente, vuestra temperatura sube, la respiración se acelera. Entonces, mete la mano en su bolsillo y saca su dispositivo inteligente: abre y te enseña la aplicación Consentinel y te pregunta con gesto seductor si te parece bien usarla para gestionar el consentimiento sexual.

Mucha gente utiliza este sistema para evitar abusos y agresiones sexuales y, en general, malentendidos y disgustos, pero tú nunca lo has usado.

¿Qué quieres hacer?