No has llamado a tu familia, y por la reacción de Sam parece que has tomado la decisión correcta. Realmente esa propuesta era una prueba. En palabras de Sam «has sabido mantenerte firme», y él te ha felicitado por ello.

Cuando por fin llega la hora de dormir y te tumbas en la cama, no puedes aguantar más las lágrimas. Lloras pensando en lo que has perdido, en las cosas que ya nunca podrás hacer y lo mucho que echarás de menos a tu familia. El llanto te agota y te acabas durmiendo.

Te levantas con un dolor de cabeza terrible. La mujer de Sam te ofrece un café y te sientas en silencio en la mesa. Cuando él se levanta te saluda con energía y te pide que esa mañana le acompañes a la comisaría, tiene una sorpresa para ti.