En poco más de 20 minutos, abres la puerta trasera de un discreto Toyota Yaris que ha ido a recoger a tu mujer a su trabajo, y que tiene dirección al aeropuerto.

El copiloto, un joven de apenas 20 años, os pide que desconectéis inmediatamente vuestros geolocalizadores. Tenéis 90 minutos antes de que salte el aviso a la policía.

Sabes que tras tu renuncia, Mei Li será la siguiente alcaldesa por tener el segundo mejor CQI. Coges fuerte la mano a tu pareja, y tu cabeza va a mil revoluciones durante todo el trayecto.

«¿Por qué tiene tanto interés Mei Li en llegar al poder? ¿Qué hará cuando llegue? ¿Cómo ha logrado esa víbora esquivar al algoritmo teniendo tan buen CQI?… ¿De dónde vendrá toda esta cantidad de dinero?».

   —Ey, ¡empanaos! Li me ha ordenado que os traiga hasta aquí y os dé estas llaves. Ésta es una zona exclusiva de la ciudad donde estaréis seguros. Por aquí nunca viene la policía y podréis integraros entre la jet-set, tenéis un buen CQI, no os será difícil… Aunque con esas pintas que lleváis no sé yo… ¿Qué pasa? ¿Os vais a bajar del coche de una vez?