Al dar media vuelta y empezar a buscar un asiento, casi te llevan por delante Bura y Ledi que de repente te pasan de atrás adelante. Estaba haciendo gestos a todo el equipo, no sólo a ti, «Qué vergüenza, por favor…». Llegas el último y te ha tocado el pasillo, tienes a Ledi al lado.
En el centro del anfiteatro aparece el holograma de la IA Ciudad Única. Una nube de figuras geométricas os da la bienvenida para, a continuación, mostrar un vídeo sobre la nueva colonia. Aunque prestes atención al vídeo, también miras de vez en cuando a la gente que te rodea. Uno toma conciencia de que está viviendo un momento histórico y se da cuenta de que los que le rodean están tan emocionados como tú. En todas las caras notas una emoción especial.
—¡Sois el primer millar, los elegidos! —dice la IA Ciudad Única con grandeza— A partir de ahora, vosotros tendréis que decidir cómo organizarlo. ¡De vosotros depende el nuevo mundo! Qué y cómo debe ser. La Ciudad Única no es más que el instrumento que tenía la misión de guiar a la humanidad en un tiempo de angustia y emergencia. Ha llegado, la hora de que el hombre vuelva a ser dueño de su camino. En los próximos meses, mientras iniciáis las tareas de exploración y explotación, tendréis que decidir el sistema más adecuado para organizar a la humanidad.
Al finalizar las explicaciones, recibís del pendiente una advertencia del último momento. Dos personas han sido asesinadas en uno de los vagones. Debéis encontrar al culpable o culpables. Por ello, se os comunica que no tendréis libertad de movimientos hasta que no se aclare todo. La puesta en marcha y nueva organización de los trabajos se retrasa sin plazo. Cada uno deberá permanecer en su habitación hasta que los investigadores terminen su trabajo.
Un gran murmullo resuena en el anfiteatro. Oyes voces que cuestionan la decisión. Otros, en cambio, callan y piden que se acepte la medida. En un momento dado, Ziru toma la palabra con voz sonora.
—¡No es justo! —ha adquirido la atención de todo el anfiteatro— No hay motivo para tomar semejante medida. Tenemos que cuidarnos colectivamente, ese debe ser el camino. ¡No podemos dejar que el miedo nos guíe desde el primer día, está en juego el futuro de la humanidad! ¿Cuál es el criterio para decidir algo así? ¿Hay algo más importante que la libertad? —«¡Nuestra vida!», grita alguien desde las primeras filas— ¿Y qué valen nuestras vidas si no son las nuestras? —le responde Ziru— ¿Qué antecedentes sentaríamos el primer día de la nueva colonia? Nuestro trabajo es poner en marcha la nueva colonia y esta medida retrasaría todo el proceso. Lo importante tiene que ser el grupo, y el propio grupo se encontrará con los culpables mientras pone en marcha la nueva sociedad —un murmullo multitudinario de aceptación invade el anfiteatro— ¿Quién está conmigo? —pregunta Ziru con motivación a cuello y gritando—.
La gente no se atreve a responder. Ziru te mira pidiendo ayuda.