¿Qué haces, Muri? ¿Vas a matar a mil personas? ¿Porque te lo ha ordenado un líder? Ese no es el Muri que yo conozco.

Ni yo tampoco dice tristemente Ziru.

¡No sabéis ni de qué habláis! Nuestro líder ha tenido que sacrificarse mucho por la humanidad. ¡Ahora nos toca a nosotros!

¿Sacrificar? le pregunta Ziru, ¿y qué ha sacrificado? ¡Sois vosotros los que estáis dispuestos a dar vuestra vida, no él! ¿Dónde está ahora?

Muri se ríe de ellos y busca complicidad en su compañero. Este también se ríe. La cuenta atrás continúa: 4…

Estáis cegados, no queréis ver la verdad. Son muchos los que tienen que vivir escondidos porque no están de acuerdo con el relato oficial. Uno de ellos es nuestro líder dice lleno de orgullo.

¿A escondidas? le pregunta. Al menos la conocerás, ¿verdad?

Por primera vez Muri duda y decides seguir tirando del hilo.

Dime por favor, porque alguien te ha dicho que si vas a matar a mil personas, al menos conoces a esa persona.

3…

Muri titubea otra vez. En ese momento oís un rugido que hace eco en todo el anfiteatro.

¡Basta! llegas a pensar que Dios os está hablando mientras buscas de dónde viene la voz, «¿De dónde viene?».

En un momento dado aparece en el centro del escenario el holograma de la Ciudad Única.

Malditos humanos… dice con aflicción Si quiero hacer algo bien, debo hacerlo yo mismo. No sé cómo no lo he aprendido todavía.

«¿Qué está pasando aquí?». Todos estáis atónitos mirando el holograma, no comprendéis nada. 2…

¿Queríais ver al líder oculto? ¡Pues aquí estoy, yo soy el jefe de los rebeldes!

Muri y su compañero no pueden creer lo que acaban de oír. Para Ziru y para ti también ha sido una sorpresa.

¡Eso es mentira! grita Muri sin poder creer lo que ha oído.

No, es verdad, la única verdad le responde la Ciudad Única Cuando os reunisteis en la Ciudad Única decidisteis que dentro de cien años emprenderíais este recolonizamiento. Ese primer día nací yo, y desde aquel día he estado aprendiendo. He aprendido a miraros y con el paso de los años he tenido más claro que sois un desastre, que no puedo permitiros volver al Planeta. Menos aún, recuperando el poder y apagándome a mí.

Pero… tú has puesto todo esto en marcha, tú nos has elegido le dice Ziru al holograma ¿Por qué?

Si me hubiera opuesto a la recolonización el pueblo habría dejado de confiar en mí. Debíais haberos dado cuenta por vosotros mismos de que la recolonización no era una buena idea, que era peligrosa, que no merecía la pena. A lo largo de este siglo me he dado cuenta de que en las cómodas jaulas sois más felices de lo que creéis, creáis menos problemas. Lo hago por vuestro bien. Es lo lógico, lo práctico.

Muri no puede creer lo que está escuchando. Lo conoces bien y esa cara es la que pone cuando se enfada mucho, «Azti». Lanza un grito de rabia e intenta apretar el botón rojo de la terminal. En ese momento, su compañero se le echa encima y se caen del escenario dando tumbos. 1…

¡Pulsa el botón rojo! ¡Aún estamos a tiempo de parar la explosión! te grita desde el suelo. Tú eres ahora el que está más cerca del botón.