«Madre mía…», murmuras en voz baja al leer las preguntas. Desde luego, no resultan nada sencillas de responder. La dulce voz te vuelve a sorprender justo cuando ibas a empezar a leer la siguiente pregunta.
—¿Necesita algo de ayuda?
—¿Eh? —miras hacia arriba y ves un rostro sonriente mirándote—. Ah… no. Estoy bien, es simplemente que las preguntas no son nada sencillas.
—Un proceso tan importante como este, que te dirá cuál es tu galaxia dentro de este universo, no podría serlo. Tú no te preocupes, simplemente contesta con sinceridad y sin pensar demasiado. No te quedan muchas preguntas…
La voz dulce de ese humanoide ha conseguido transmitirte mucha tranquilidad, sin duda la persona que lo diseñó sabía lo que hacía.
Vuelves a mirar hacía tu pantalla y vuelves a leer.