—Mira Mac —empiezas diciendo—, ya sé que no tiene que ser fácil abrir las puertas de tu familia y tu hogar a alguien que no conoces, pero la realidad es que sois las únicas personas que he conocido en esta ciudad de las que siento que me puedo fiar. No tengo mucho que ofreceros, pero si para ganarme vuestra confianza tengo que ofreceros lo poco que tengo, lo haré. 

Te quitas la mochila y se la acercas estirando el brazo. 

   —Esto es todo lo que tengo, y si lo queréis será vuestro, si es lo que hace falta para que te fíes de mí, lo haré. 

   —Jajajajaja… Sorprendente, sorprendente… —dice asintiendo—. No pensaba que fueses de esos. Supongo que tienes más en común con nosotros de lo que pensaba, en esta familia lo compartimos todo. Quédate con tu mochila y siéntate con nosotros, anda. 

Tu oferta ha sido totalmente sincera y parece que ha hecho que Mac sienta simpatía por ti. De hecho, después de una tarde juntos se ha ofrecido a ayudarte con algo de dinero. No es demasiado, por lo que tendrás que decidir entre mandar una carta a tu familia y comprar algo de comida para los próximos días.