—Me emociona escucharos, ¿sabes? —dice Emilio—. Es sin duda algo en lo que todos y todas deberíamos estar trabajando, y realmente, si os soy sincero, echo mucho de menos en estos entornos privilegiados hablar de este tema que a todos nos afecta. Contad con nosotros. Podemos además abriros las puertas a personas de gran influencia, que os ayudarán a desarrollar e impulsar vuestro bonito proyecto. Bienvenidos a la urbanización.

   —Lo prometido es deuda —os sonríe—. Hemos traído pastel de arándanos.