—Pues la verdad es que me ha caído fenomenal tu gente, y por lo que me cuentas, parece que hacéis una gran familia en esta urbanización. Estoy seguro de que os ayudáis muchísimo entre todos… Consejitos de finanzas, ayudita en algún pleito, algún consejo de medicina familiar, o incluso, si me quedo sin azucar algún día —continúas con tono sarcástico—. Es justo lo que necesito, ¿sabes? Ya te dije que éramos nuevos por aquí…

   —¿Qué te parece si el siguiente brunch lo organizo yo? —preguntas con una sonrisa.