En esta maldita ciudad hay infinidad de personas sin rostro. Los invisibles. Así los llaman los políticos cuando prometen rescates en periodos electorales. Personas migrantes, personas sin recursos ni CQI asociado, y colectivos a los que ni el censo ni los Sistemas de Registro Facial siquiera reconocen.

Esta es tu última oportunidad para empezar de cero. Sólo tienes que buscar por la periferia a alguien con tu misma apariencia, y comprarle su iD. Este sucio dinero os permitirá a ambos poder tener una nueva vida. Una vida, donde ambos podáis decidir quién queréis ser.