Te abres con Hestia, le cuentas eso que no te puedes sacar de la cabeza y no te permite dormir. 

Después de una pequeña conversación en la que ella intenta ayudarte a mirar la situación desde otro ángulo, eres capaz de respirar tranquila y serenar los pensamientos atropellados de tu mente. 

Sin embargo el malestar no parece desaparecer, el nudo que tienes en el pecho hace que sea imposible conciliar el sueño. Hestia te ofrece dos opciones para afrontar tus sentimientos:  

A) Hestia puede acceder a tu dispositivo de control de salud, implantado en la parte superior de tu cuello a los 17 años, para liberar una serie de sustancias que alterarán tus neurotransmisores para generar una sensación de bienestar.   

B) Hestia seleccionará un recuerdo positivo para que viajes a él, podrás experimentar esa experiencia como si la estuvieses viviendo en carne y hueso.

¿Qué prefieres?